Me considero una de las niñas que vivió la oleada de las películas de princesas que hizo Disney. Tengo una alta expectativa hacia los hombres, y soy muy Disney. Pero eso no me ha resultado un obstáculo para ser feliz, ya que desde pequeña entendí que lo que pasa en las películas, las cosas buenas claro, se quedan en las películas y no salen. Desde pequeña ya era fuerte, y ya entendia, que si te paras a buscar la felicidad, la vas a tener en frente y no la vas a ver. Porque la felicidad la forman las pequeñas cosas, como los momentos y las sonrisas. Como unas cañas con tus mejores amigos, o una tarde de compras con tu amiga.