Es un creido, un cabrón, un egoncéntrico, un chulo y le gustan todas sin excepción.
+Lo sé, y aun andas detrás de él...
-Sí.
+No te entiendo.
-No me entiendo ni yo.
+No le odias?
-Sí, le odio tantísimo. Le odio cuando se cree el ombligo del mundo, cuando me miente sin parar, cuando está con una y mientras le tira los trastos a las demás... Es idiota.
+Sigo sin entenderte, aun así esperas estar con él algún día.
-Sí, espero que algún día estemos solo él y yo. Podré odiarle por mil cosas... Pero quiero verle cada día, tengo que verle aunque esté con ella, necesito ver cada uno de sus movimientos, cada una de sus tonterias, ver que me mira cuando me cruzo con él, oír su voz y que cuando más enfadada estoy consiga con sus chorradas sacarme una sonrísa. ¿Lo entiendes ahora? Para mi es como una droga.

+Sí, lo entiendo. Estás enamorada de él.