Lo más curioso de todo esto es que me enamoré sin conocerte, por lo que parecías. Más tarde te conocí, vi como eras y me asustaron, aunque a la vez me encantaron tus dos personalidades. Cuando te veía con tus amigos parecías un idiota más e incluso hablabas como si lo fueses, era tan extraño... Cuando estábamos solos tú y yo eras tan diferente, romántico, dulce y con un gran corazón que había sufrido mucho. Me enganché aún más a tí. Pero, ¿Qué pasó? Que las palabras, por muy bonitas que sean, se las lleva el viento, no sirven para absolutamente nada. Y los hechos... Los hechos siempre están ahí y su sombra puede nublar todo lo demás.
Aunque me costó verlo, lo ví. No eras como creía, y los hechos lo demostraban. Y ahora viene lo más extraño, que pese a no ser como al principio pensé, y ser totalmente diferente, ahora que me enamoré de tí, no puedo dejar de hacerlo, por muchas cosas que hagas, aunque no me gusten ni un poquito..
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